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La promotora
Natalia es una preciosa promotora de una marca reconocida. Ella tiene 25 años.
Es rubia y perfecta. Medidas 90-60-90. Hace bastante tiempo trabaja promocionando esa firma.
Finaliza el día laboral, ella se encuentra agotada. Ya todos se habían ido del gran predio donde ella estuvo en el puesto dando folletería y asesoramiento a todos los que se acercaban.
pero antes de irse decide pasar por el baño para refrescarse un poco la cara.
Tranquila se mira al espejo, suelta su pelo y comienza a lavarse el rostro. Fue en ese instante que se abre la puerta y para su sorpresa aparecen cinco tipos que la rodean. Ella totalmente asustada, les dice: “este no es el baño de hombres”.
Uno de ellos riendo le responde: “No rubia, te venimos a buscar a vos, porque tenemos ganas de cogerte, estás muy buena y esperamos que vinieras al baño para darte la sorpresa” .
Ella desesperada empieza a gritar, pero uno enseguida tapa su boca y proceden a inmovilizarla.
Le atan las manos por detrás de la espalda con un trozo de soga gruesa, en su boca colocan una pelota de goma y se la tapan bien con una cinta ancha adhesiva.
Su ropa es arrancada por completo, la dejan solamente con su tanguita blanca, la cual tenía bien metida en el ojete.
“Que buena que está esta puta, yo quiero ese culo”, dice uno de ellos mientras se bajaba el pantalón.
Natalia llena de impotencia, lo único que puede expresar son lágrimas en sus ojos, ya que su boca se encuentra totalmente tapada y le es imposible gritar, solamente emite un: “Mmmmhhhh”.
La tiran al piso, boca abajo, con su precioso ojete a disposición de todos.
Aquellos hombres grandes de entre 50 y 60 años se hacen bien la paja a su alrededor, se están preparando para metérsela por el culo.
Ahora se organizan en fila para comenzar.
El primero le dice: “Preparate rubia que te la voy a meter toda, vas a sentir mis 22 centímetros por 4 de ancho en tu agujero”.
Escupe su culo y con fuerza empieza a entrar. Natalia siente ese gran pedazo de carne ingresando en su culo tan estrecho. Se siente humillada, sabiendo que se encuentra inmovilizada y servida para que esos depravados disfruten de su hermosura.
“Que agujerito cerrado que tenés, te lo estoy abriendo y agrandando puta rubia”, le dice el tipo que la está ensartando.
Se la pudo meter entera, a medida que entra y sale se nota que el agujero de Naty se agranda.
Le vienen ganas de eyacular, se aguanta y deja el turno al siguiente.
El segundo tipo se muestra enloquecido, con toda su fuerza se la manda de una sola vez hasta el fondo y enseguida pasa a darle por la concha.
Un rato por el culo y otro rato por la concha. Así pasa 5 minutos gozando de los dos agujeros de Natalia.
Y ya con ganas de largar la leche, también aguanta y lo deja al tercero.
Este se pone en frente de Naty, levanta su cabeza agarrándola de los pelos y le frota la verga en la cara:
“Te cojo la cara putita conchuda” le grita.
Ahora agarra el celular que Natalia tiene en la cartera, y se lo empieza a meter en la concha. Todos se ríen.
Con una mano le mete el dispositivo y con la otra se hace la paja.
Finalmente se lo mete en el ojete, bien hasta el fondo, a tal extremo que se pierde en ese agujero y ahí le empieza a dar verga por el culo y la concha.
Cuando siente que su leche tiene ganas de salir, se contiene y hurga con sus manos y dedos en el agujero y le saca el celular.
Tanto el cuarto como el quinto le dan solamente por la concha.
Todos se ponen de acuerdo y la llenan de semen al mismo tiempo.
Su precioso pelo largo y rubio queda totalmente blanco de tanta leche espesa que sale de las grandes bolas de cada tipo.
Allí la dejan a Naty, con el ojete desfondado y completamente “lecheada”.
(Las Historias publicadas por FANTASEADOR pertenecen a la ficción)