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Confesiones de mi vida
Bueno, esta historia se basa no precisamente en las impresiones que tengo acerca del sexo y relaciones, sino que han dejado huella en mi vida personal y quizás familiar. he aquí la primer confesión;
Sucedió cuando aun cursaba estudios técnicos en el CONALEP Ticoman 2, con mi maestra de Gestión administrativa. creo que así se llamaba la materia. la profesora como ya dije antes sabia que se apellidaba Ruz García mas no sabia su nombre muy bien. acababa de comenzar la clase; algunos compañeros se hallaban charlando, otros escribiendo. en fin se trataba de un receso antes de comenzar el curso. cuando entro una mujer madura: debía frisar entre los 37-41 años. al igual que la maestra tenia el cabello teñido y un atuendo tipo sastre. a excepción de que esta ( yo pude deducir casi de que la mujer en cuestión sostenía algo mas que un vinculo social) portaba gafas aun adentro del salón, y su mirada o la forma en que estaba maquillada la hacían verse con el rostro masculino, pérfido. un cierto parecido a Pedro Navaja. aunque obviamente se trataba de una mujer. yo quede extasiada con la entrada de dicha mujer, pero disimule seguir con los apuntes. aunque en cierto modo había venido a visitarle con el fin de resolver ciertos asuntos personales, me parece. pues el grupo le escucho un leve aullido de protesta. la charla duro solamente unos minutos. después la tipa se retiro. como era lógico, la profesora no explico al grupo de que situación la había abordado dicha mujer y continuo con la clase. unos meses después de terminar el curso, mientras iba con mi mama por unos papeles de titulación, encontré a la profesora cerca de la papelería donde tomaba unas copias: ella no pareció advertirme. la pude divisar de perfil casi. pese a haber transcurrido solamente 2 años parecía aun mas envejecida, pues no tenia mucho maquillaje cubriéndole el rostro. después de esta visita a las instalaciones del plantel me entere por boca de terceros que la profesora efectivamente tenia problemas personales y que precisamente por reñir violentamente con esa mujer anteriormente vista, había renunciado o sido despedida del plantel. así, me doy cuenta de que sostener una relación homosexual no es siempre factible o bien fácil de conservar, con altibajos casi siempre. ahora, la segunda confesión es esta: se trata de una prima que tuve y ahora apenas recuerdo ciertas partes de su historia. que quizás ya he mencionado en relatos anteriores. se trata de Jazmín. bueno, como ya había dicho antes se trataba de una chica que vivía en Ciudad Neza oriente creo y que asistía a una secundaria que era propiedad de un colegio religioso. bueno, recuerdo que cierta vez mi mama saco del ropero una paca de ropa limpia o bien mejor conservada. según supe se trataba de la ropa que ella, para ese entonces ya fallecida debido a que estaba contagiada de VIH. había utilizado. así, las pertenencias se habían repartido entre familiares para venderlas o conservarlas. mi mama conmovida por su reciente deceso hacia 3 años me pareció que estaba realizando un monologo en alusión a ella, con mucho dolor y algo de rabia. pues según escuche, una vez que sucedió lo hecho, tuvo que abandonar la escuela y meses después entro a estudiar mecanografía en un centro social. pero su primera rencilla con sus padres sucedió cierto día normal, de descanso. cuando acababa de cumplir los 33. según porque aun actuaba algo inmadura para su edad y según ellos, no aportaba mucho al gasto familiar. quizás en parte el padecimiento y quizás por la rebeldía y/o maleabilidad en la que ya estaba inmersa, discutió esa vez y se marcho a otro municipio. bueno, a partir de ahí fueron dimes y diretes. incluso se decía que había optado por seguir en una cadena de relaciones y convencionalismos. a tal grado que tuvo incluso relaciones i****tuosas. ahora regresando al capitulo, sucedió lo siguiente: ella me mostró un vestido color vino con olanes, medianamente corto. seguido de una blusa estampada color verde, la cual me dijo había sido su preferida. que en cierto modo era elegante y que según mi mama ya portaba jazmín casi siempre en las ultimas fiestas familiares a las que hubo asistido. pero precisamente detrás del talle tenia una extensa mancha de sangre negra, ya seca. lo cual me provoco cierto horror. pues las prendas a veces dibujan el avance de la enfermedad. así, ella me contó que el caso de mi prima había quedado impune y que su gente o familia mejor dicho la habían atosigado de castigo y vicisitud en vida. pues para ellos ya se había convertido en una ramera. que según había intentado tener dos partos normales pero que la enfermedad lo había echado a perder. así, por la breve historia que me refirieron acerca de esta pariente, pienso que soy mas desconfiada de lo que debería ser para con los hombres. aunque me siento algo bien de que en la adolescencia no me haya pillado un tipo mayor o incluso me haya inclinado hacia las relaciones sexuales en plenitud. casi como el caso de mi prima. bueno, la tercera confesión es esta: cierto día que me hallaba buscando trabajo en el oriente del DF, se me ocurrió pasar a la paz para curiosear nada mas. aunque después me desilusione pues en el lugar no había mucho por ver o comprar, pues parecía un pueblito. así, mire extasiada hacia el sureste, donde se divisaba un gran solar. escuche inclusive que una iguana ( mascotas que son típicas en estos poblados) me parecía charlar y susurrar cosas al oído con su voz gutural acerca de la lejanía, la inmensidad de la vida y la espiritualidad. según me aconsejo, que cuando estuviera pensativa o quisiera tener un tiempo a solas para mi solamente, que buscara un sitio alejado o bien natural para tener templanza. o al menos, creo que me pareció escucharlo. después del breve coloquio, pasaron unos minutos. después, no se como explicarlo. debajo de la estación habían muchas viviendas: en una de estas, una mujer criolla se hallaba completamente en cueros. no se si tomando un baño en el patio o quizás estaba desnuda de forma intencional. su cuerpo me pareció un poco repulsivo, pese a que la mujer ya era una señora de mediana edad y su cuerpo era pequeño, regordete apenas. así, me evadí de mirarle. luego me dispuse a regresar para mi casa. compre un llavero en el metro. así, ya han pasado casi 4 años desde aquel encuentro i****tuoso en parte. la cuarta confesión fue cuando cierta vez que me hallaba en una de las lejanías de Cuautitlan Izcalli divise en el metrobus a una mujer del tipo que anteriormente mencione, como fetiche. solo que esta se hallaba en una pose algo austera y brava, que temí que me siguiera hasta el metrobus pues parecía mirar de hito en hito a todos lados. por suerte no ocurrió nada. bueno, son las únicas confesiones que tengo por ahora. dkma.