
Feminizadores (CORREGIDO)
Era un hombre patetico traje punta en blanco, riñonera ¿Era un idiota? Y reloj “las matemáticas son de los dioses” decía sin saber que los números son escritos por los humanos, por eso lo capturaron, por deambular en el toque de queda.
Abrió los ojos. La habitación era enorme, no pudo calcular que debía haber treinta hombres desnudos vigilándolo desde la oscuridad. El corazón le latía en las orejas. Tino todavía estaba en silencio cuando el Doctor Trus se presentó. Era un hombre pelado de guardapolvos que usaba antiparras. Le leyó la única regla “Está prohibido el placer en el pene” Por rebeldía tuvo un erección.
Recién ahí, porque aparte de buen ciudadano era tonto, hasta ese momento. Se dio cuenta que estaba encadenado a un cepo. Manos y cabezas atadas, cola para arriba, y dos reflectores lo iluminaban. Por eso sólo podía ver los azulejos blancos y claros, escépticos. El Doctor trajo a un chico de veinte años. Muy flaco. Se lo presentaron, “es La Ramiro. Nuestra victima” Ah bello placer, tardó, el muy estúpido, aún, en ver que ese chico, de anteojos, sólo vestía una especie de latex negro con un agujero en el trasero, dejando al descubierto una palida y afeitada cola.
El Doctor Trus que era experto en las técnicas de tortura divina le dijo “Esta sos vos dentro de un mes. La Ramiro era un machito, viril y rebelde cómo vos. Pero entró a nuestro proceso de sumisión y quedo así. Acá los hombrotes terminan feminizados. Ella vive sólo para el placer anal, es un buen damito, ahora le vamos a poner la pollerita, y despúes de enseñarte a vos, va a perfumarse, maquillarse y servir a los pocos machos que quedan acá. Luego va a limpiar, ordenar y decorar, todo hasta que uno de nuestros bufarras la tome por la cadera y la rompa. Ella sólo puede pedir más” Dicho esto aplaudió dos veces y un hombre totalmente desnudo con una descomunal pija manguera apareció detrás de ella, La Ramirito claro, y otro con una enorme pija tortuga marina frente a Tino. “Si La Ramiro aguanta, vos no vas a tener que chuparla”
El Bufarra, bufalo bill, que sostenía a La Ramiro empezó a amansarla. Recorrió primero con un dedo las curvas de su cola. Cada toque era un escalofrío para el damito. Le colocó un líquido humeante negro “Es la empetrolada” Se sentía una suave, pero luego era un calor que incrementaba, y poco a poco el ardor sólo ya penetraba. La Ramiro sentía que el líquido la atravesaba desde su cola, pasando por su estómago, tocando el corazón, que le latía a todo volumen, le raspaba la garganta y le clavaba un puntazo de metal caliente en la frente. Sentía un hilo de placer que la recorría, y el bufalo que era su titiretero la hacia moverse agarrada desde el aro arito ano. La Ramiro quiso aguantar, no quería su destino para Tino, no sólo por se dos palabras que riman sino porque a veces se olvidaban de ella y la dejaban días con abstinencia en la cola “sufren más los putos por la falta de pija que por el exceso de la misma” Habiendo dicho esto. Cabe aclarar que la dilatación anal también le costó, había recorrido el galpón con su cola al descubierto y había sufrido pijas de todos los tamaños, flacas y puntiaguadas, gordas y petizas, y las hermosas pijazas King Kong. Por eso no quería eso para él, pero no se podía resitir. Tino le gritaba que aguante. Y eso la existaba más a él, el muy puto, la muy trola. Por eso por fin, con una voz de mujer dijo “Haganme el amor, háganme cagar fuego”
Tino lloraba y pedía otro destino. Era demasiado tarde, otra vez el tiempo tan tirano cómo la pija, y sentía cómo le arrancaban los pantalones y le colocaban una calza de latex. Estaba atado. Desnudo. Sentía todo el cuerpo transpirado y la garganta seca. Dejó de latirle el corazón, o sólo dejó de escucharon, que era lo mismo y sólo oyó el abrir y cerrar de unas tijeras que le hacían un agujero en la calza. Ahh divino placer de la muy puta. Le dejaron la cola al aire y lloraba, porque aún era macho y sin embargo se le paró la pija y cuando rozó la calza experimentó placer. El Doctor Trus aplaudía. “Ahora vas a chupar una pija” rogó nuevamente, delicia del feminizador, a Trus le encantaba.. “Ahora vas a chupar esa pija. No te preocupes. Si sos machito vas a sobrevivir” y el bufalo que era un licenciado experto empezó a penetrarle la boca. Mientras el Bufallo pija de manguera empezó a pincelarle el orto, el otro, pija cabeza de tortuga marina, en la boca, y este, cabeza de pija de chancho peludo, pinceleando, cuál renancentista que no quiere pasarse de pintura, rozando su rajita anal.
Lo embestían en la boca y Tino sentía ganas de vomitar al sentir enorme pija ariete entrar y salir, que el muy macho nunca se había lavado. Tino tosía, arqueaba y sentía el gusto a leche rancia, ricota y queso. Trus habló “Pedíme que queres ser una mari marica putita” Tino gritó “NO!!!” y Trus aplaudió con su risa de hombre poronga “Mirá lo que vamos a hacer. Bufallo bill va a dejártela en los labios y va a acabar una cantidad enorme de lechita” A esto Tino empezó a llorar un poco más. Trus siguió “Mientras el otro bufallo espera con su cabeza rozando la puerta de entrada anal. Si vos no tragas la leche no pasa nada, seguis siendo machito pero si tragas, cada gota de semen que tragues será un pedazo de pija que te va a entrar” Tino clamo piedad “No te preocupes, si no sos una putita vas a salir virgen de acá”
El Bufallo dio una estampida hasta el fondo de la garganta. Tino estaba rojo y se ahogaba. Entonces sin sacarle la pija, retiró el tronco, dejando a Tino respirar. Colocó la pija en los labios de este, produciendo una abertura en la boca y dejando un segundo de suspenso soltó su semen. Tino quiso llorar, pero las lágrimas se habían acabado, cómo el bufalo, y sintió cómo el semen, ah cremita caliente, le desbordaba. La boca se empezó a ponerle pastosa y segregante de saliva (ya tenía boca de puta). Sentía mientras tanto a la otra pija merodear su culo “Dale putita, traga, putita, si te encanta” Le decía el Doctor Trus “Te veo que la tenes paradita. Está prohíbido tener placer en el pene ¿o la tenes así porque la queres en el culo?” Tino tragó un poco, Trus aplaudió y el bufalo le enterró un parte de la pija. Sintió primero un fierro frío que lo abría en dos “Traga todo, si te gusta putita” Tino trago.
El Bufalo tomó carrera. Tino sintió los testículos del macho, enormes huevos, pegar contra sus pequeños huevitos. Toda la pija lo atravesó. Se abrió en pedazos y se encontró gritando de placer. Su pija se llenaba de ganas de explotar cuando el Bufarra entraba y salía, embistiendo. Enorme pija bufarra de tronco ancho y rechoncho que lo hacia mujer “Sos una putita, sos un damito mi amor” Le decía Trus al oído “Queres tocarte el pito pero no podes” Tino sentía ganas de acabar, las embestidas apretaban su pene contra el latex y descubrió que más lo penetraba, más podía sentir su pito. Entonces empezó a mover su cadera. Sentía un dolor enorme pero así podía frotarse. Una y otra vez, cada vez más rápido, mientras sentía la transpiración en las enormes pelotas y esa pija King Kong que le desgarraba las entrañas. Movio más la cadera, más le dolía y más placer tenía. Entonces Trus dijo “pedi la lechita, pedi la lechita a tu hombre!” Tino copio las palabras de la Ramiro y le dijo “Dame tu lechita mi amor” Entonces ya regalada, relajó la cola y le estalló su pija de placer cuando en la última enterrada descomunal el bufallo lo llenaba de crema.
El Doctor y los dos bufarras aplaudían. Entonces lo soltaron y le pusieron música de nena Le colocaron un corpiño y una remerita corta. Le pintaron los labios, le pusieron unos zapatos con tacos. Por último prendieron las luces dejando ver a treinta bufarras exitados que lo miraban. Todos tenían pijas enormes paradas, de distintas formas y tamaños, de distintos colores. Tino sintío su pene mojado y su cola chorreando al aire. Empezó a caminar moviendo la cadera. Hablando cómo puta y buscando al próximo bufarra que le acabara nuevamente en la boca